miércoles, 16 de noviembre de 2011

El hombre del saco. Salud colectiva, capítulo dos.



Supongo que usted será uno más de los muchos que estamos “cagaditos” cada vez que “los mercados” - ese ente abstracto y ubicuo (o sea, Dios)- anuncia el apocalipsis  por capítulos, a cada cual más angustiante.

Yo me crié con “el hombre del saco”, un señor terriblemente amenazante que cumplió con creces su cometido conmigo. Si alguien gritaba en el barrio: “¡¡Que viene, que viene,..”  yo corría de inmediato a mi casa y me metía debajo de la mesa de camilla, rezando y prometiendo no volver a jugar a los médicos con ninguna vecina.

Es un mecanismo de psicología básico, ya lo he comentado muchas veces por aquí. La carreterra que llega al miedo es una autopista; la que llega a la razón es una secundaria y con baches. 

Funciona tan, tan bien, que buena parte de las parejas y familias se especializan en los mensajes de ese tipo para mantenerse unidos y acríticos. “Si no haces esto que te pido significa que no me quieres”, “Todos los demás son más loquesea que tú”, “Fíjate en tu hermano lo bien que lo hace (inútil)”

Entonces, si es tan eficaz con los individuos, con las familias, en los coles,.. ¿por qué no aplicarlo de forma general, como el fluor en el agua?

No sé si conoce usted la “fábula de la espiral”. Igual no, porque no forma parte del proceso de socialización infantil. Se basa en desmontar un razonamiento aparentemente veraz: Si sube el petróleo, sube el transporte y sube… (ponga usted cualquier otro ejemplo), no tendremos más remedio que subir el precio de la gasolina. Todo sube, es una espiral. Bueno, un momento, esa no es la única posibilidad: en lugar de subir el precio, usted podría reducir sus beneficios (exagerados beneficios).

Da miedo imaginarse a los griegos, ¿verdad? Haremos lo que haga falta para evitarlo. Uf, tengo la tripita como cuando lo del tío aquel del saco.  Si hubiera otra posibilidad no creo que este señor al que no le llegaba la camisa al cuello o el otro, tan educado y enigmático, no nos la hubieran ofrecido.

El fluor evita la caries y el miedo la contestación social. Un país tranquilo sin problemas dentales, ¿se puede pedir más?

lunes, 14 de noviembre de 2011

Comerse una patata cruda



 


La segunda entrada en este blog hacía referencia a las metáforas como herramientas terapéuticas. Al igual que ocurre con la hipnosis, ni una ni otras podrían considerarse técnicas en sí mismas, más bien son vehículos que facilitan que lo que queremos conseguir llegue o  fluya  con más eficacia.

Desde esa perspectiva, su uso está determinado por el conocimiento del principio activo que se quiera aplicar mediante ese instrumento y, por otra parte, de la habilidad para transformarlo en algo cercano al paciente.

Los adolescentes están tan acostumbrados a los sermones que el mero hecho de ponerse delante de un adulto a hablar sobre el mismo tema de siempre (les estudios, por ejemplo) hace que se conviertan en sujetos-teflón, o sea, que les resbala bastante.

Contaré un caso a partir del cual incorporé patatas crudas en mi arsenal. 

Hace un año aproximadamente, llegó a la consulta un chico-teflón. La queja de los padres era que le iba muy mal en los estudios, pero él decía que estudiaba mucho. Conforme me contó cómo estudiaba y observé el resultado de las pruebas que le pasé, comprendí que buena parte de sus dificultades estribaban en la forma de estudiar, arrastrada desde primaria, cuando con una simple lectura o escuchando las clases de su maestro le bastaba para aprobar. A medida que los textos se fueron haciendo más complejos y extensos sus resultados fueron empeorando, pero él seguía haciendo exactamente lo mismo con lo que un día tuvo éxito (una práctica muy habitual, por otra parte).

Ese día había faltado un paciente y yo había aprovechado para salir y  acercarme a una tienda próxima a comprar unas cosas para la cena, entre las cuales se encontraba una bolsa con  patatas. Me levanté, fui al armario y cogí una patata bien grande, con su tierrecita y algún tallito emergente, y se la planté delante.

- ¿Te comerías esta patata?

El chico me miró por primera vez con curiosidad y no con la cara de “ya me va a soltar otra vez lo mismo”.

- No.
- ¿Por qué? – le pregunté.
- Porque está cruda.

Le expliqué que justamente eso era lo que hacía para estudiar: comer patatas crudas. Alguien escribía una patata-texto, pero si no hacía algo con ello difícilmente iba a tragársela-aprenderlo. Una vez que convinimos la obviedad del asunto, le pedí que me dijera qué podría hacer con la patata para comérsela por fin.

- Meterla en el microondas.

Por la rapidez con que respondió imaginé que era el electrodoméstico que mejor conocía de la cocina. No se esmeró en los preparativos como pelarla y lavarla, pero tampoco estábamos en una clase de cocina.
  
- Bien. Imagina que ya la hemos metido en el microondas y está blandita y comestible. ¿Te la tragarías ahora?
- Sí,… bueno… entera no,  la cortaría en trozos.

El resto de la sesión fue mucho más fácil. Le puse un texto y le pedí que hiciera algo al respecto, cocinarlo un poco, entender no lo que  hay que hacer, sino que hay que hacer algo, que es justo lo que no asumía este chico. No es que acabara la terapia ahí, simplemente se desbloqueó, permitiendo  que comenzara en ese punto.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Salud colectiva (I)



Este post va sobre la salud, sobre esa otra salud que tiene que ver con la higiénica salud del derecho de los pueblos a ser partícipes de su historia.
Cuando algo nos va mal en determinados ámbitos,  los seres humanos buscamos intuitivamente la causa con el fin de tomar medidas. Si los intentos de solución son infructuosos, las personas  pueden acudir a los centros encargados de restablecer el bienestar, entre los cuales estamos de alguna forma representados los psicólogos. Desgraciadamente, muchas veces perdemos la referencia colectiva y nos instalamos en la misma alienación que observamos a veces en nuestros pacientes. Tendremos que profundizar en estos aspectos.

No me extiendo, simplemente me hago eco de un correo que me ha mandado un amigo, uno de esos muchos que están sufriendo en sus carnes las consecuencias de lo que usted puede ver con profundidad y cierto asombro en el documental "Inside Job".
Se trata de un libro que ha tenido dificultades para difundirse. Pongo el enlace para descargárselo y una explicación de estas dificultades.

 Léelo y si te parece adecuado, continúa la cadena y difunde.

Este es uno de los enlaces desde el que te puedes descargar el libro:

http://www.attac.es/hay-alternativas-nuevo-libro-de-vicenc-navarro-juan-torres-y-alberto-garzon/

"Hace un par de meses, la Editorial Aguilar, mostró su interés por publicar
nuestro libro HAY ALTERNATIVAS. Propuestas para crear empleo y bienestar en
España, que nos prologó Noam Chomsky.
Cuando ya se había concretado como fecha de publicación el libro el 19 de
octubre y se había comenzado su promoción en la web de Aguilar y en librerías,
los editores nos comunicaron que la empresa deseaba retrasarla sin otra
explicación de por medio, lo que nos obligó lamentablemente a desestimar su
publicación en esa editorial. Se confirmaba así lo difícil que resulta
difundir en España, en los momentos en que son más necesarias que nunca -como
ahora en periodo pre-electoral-, ideas alternativas al pensamiento único que
predomina en el debate político y social. Para solventar esta situación hemos
optado por ofrecer nuestra obra gratuitamente en formato pdf a través de la
red y en una nueva edición impresa en Ediciones Sequitur que, con la
colaboración de ATTAC España, se ha arriesgado a publicar rápidamente este
libro que estará en librerías al precio de 10 euros a partir del 31de octubre.
Tenemos la firme convicción de que solo haciendo que la ciudadanía sepa lo que
de verdad está sucediendo en nuestra economía y divulgando las alternativas
que existen a esta aguda crisis del capitalismo podremos salir de ella con más
empleo y bienestar social, como demostramos en este libro.
Por eso llamamos a divulgar esta versión en pdf, a estudiarla y difundir sus
propuestas y pedimos a todos los lectores que se conviertan ellos y ellas
mismas en distribuidores del libro una vez que se encuentre impreso. Contra la
censura de los grandes oligopolios y el pensamiento único que imponen los
poderes económicos, financieros y mediáticos defendamos la pluralidad y la
libertad de pensamiento conociendo y difundiendo el pensamiento crítico."